lunes, 30 de diciembre de 2024

90s death metal - Raúl Sampedro (Sacrophobia, Memento Mori Rec) - ESP


"Me inicié en el Metal allá por 1982, con apenas diez años de edad, después de ver una actuación de Kiss en un programa de la televisión española, llamado Aplauso. La música y la puesta en escena me causaron un impacto tremendo que me llevó a interesarme por lo que por entonces llamábamos “Rock Duro”, y que acabó por arrastrarme a tendencias más potentes, como eran el Heavy Metal y el Punk. El Death Metal llegó a mi vida en algún momento de 1989, después de años de estar volcado en el Thrash Metal, el Hardcore y el Crossover, aunque no soy capaz de recordar cómo fue exactamente aquel desvirgamiento con los sonidos más extremos, si fue a raíz de toparme con las bandas incluidas en aquel mítico recopilatorio Grind Crusher de Earache Records, o gracias a los primeros lanzamientos death metaleros de R/C Records (Obituary, Pestilence, Sepultura…). En todo caso sucedió entre mediados y finales de 1989, y supuso un impacto aún más demoledor que el de años atrás con Kiss y aquellas primeras bandas de Heavy Metal. En cuanto a la motivación para ser parte de una banda de Death Metal, empecé a jugar con la posibilidad de formar parte de una banda desde que tenía unos 15-16 años. De hecho, y esto es algo que casi nadie sabe, la primera vez que me subí a un escenario fue en 1988 para ponerle voz a una versión de “For Whom the Bell Tolls” de Metallica para la que colaboré junto a un amigo y su banda de versiones en un concierto que dieron en una especie de colegio o de centro cívico en una localidad cercana a la mía. Eso fue algo puntual, no obstante, y yo seguía con la idea de formar una banda junto a otros amigos de mi barrio, que eran con los que quedaba y salía a diario. Como no sé tocar ningún instrumento, siempre quise ser el cantante. Finalmente eso acabó sucediendo en 1990, ya con una banda de Death Metal llamada Sacrophobia, con la cual grabé una demo para el legendario sello Drowned Productions, tocando también en directo varias veces".

"En aquellos principios de los 90s aún se miraba bastante mal a la gente con “pintas”, como suele decirse por aquí, a la gente con una estética más allá de lo convencional. Lógicamente los melenudos que sobre todo vestíamos de negro entrábamos de lleno en esa categoría, así que lo normal era tener que lidiar con prejuicios y caras de recelo, o incluso de temor. Cuando era más joven, a mediados/finales de los 80s, me parecía incluso divertido ver cómo ibas con tus amigos por la calle y la gente se apartaba de tu camino. Pero todas esas suspicacias y aprensiones, ya con veinte años o más, no sólo me molestaban, sino que me resultaban insultantes y solían ponerme de bastante mal humor. De hecho tuve algunos altercados con policía y seguridad privada precisamente por tratarme como a un delincuente, únicamente por mi imagen. Todo eso, afortunadamente, fue remitiendo con el tiempo y, aunque puedan seguir dándose esos casos hoy en día, es de forma mucho menos extendida, al menos en esta parte del mundo. En cuanto a cuestiones económicas, todos éramos muy jóvenes y luchábamos por exprimir cada peseta (la moneda española pre-Euro) como podíamos, especialmente los que aún estábamos estudiando. Por ejemplo, en verano de 1991 me puse a trabajar de peón de albañil durante unos meses, antes de que empezase el curso en la universidad, para poder comprarme algo de equipo decente con el que ensayar, ya que hasta entonces sólo me había podido permitir un micrófono barato, casi de juguete, y usaba un amplificador de poca potencia que me prestaban. Y en el día a día siempre me encontraba en la disyuntiva de tener que elegir entre comprar música, o comprar alcohol y tabaco, así que lo más frecuente es que comprase cassettes vírgenes para grabarme discos de los colegas que trabajaban y que por tanto tenían un poder adquisitivo mucho mayor, y así también poder disponer de dinero para las juergas".

"No sabría decirte si realmente hubo un lugar físico que pudiese ser considerado el epicentro de la escena, ya que realmente salieron bandas a lo largo y ancho del país: en Sevilla, Madrid, Valencia, Barcelona, Palma de Mallorca, Orense, Cádiz, Tarragona, Logroño, Zaragoza, Bilbao… Aquí en Madrid, hubo dos puntos que aglutinaron a la gente del rollo extremo, dos discotecas: el mítico Barrabás de Vicálvaro y, en menor medida, la Piscis de Getafe. En ambos sitios se hacían pequeñas sesiones durante las que se pinchaba Thrash Metal, Death Metal y Grindcore, y con eso nos teníamos que conformar, al ser una minoría dentro del colectivo “heavy” (aquí el término “metalero” no calaría hasta más tarde). Aunque no podría destacar ningún lugar como epicentro de la escena, sí que podríamos considerar a Dave Rotten (de la banda Avulsed y persona detrás de los sellos Drowned Productions, Repulse Records y Xtreem Music) como el catalizador de la escena. Alrededor suyo y de sus actividades giró gran parte de lo que se cocía en la escena extrema española, no sólo por lo que editó en esos sellos, sino también por todo el material que distribuyó (tanto en la legendaria planta baja de la no menos legendaria tienda de discos Hard Vinyl, como en el pequeño stand que montaba los domingos en el famoso mercado callejero de Madrid, conocido como “Rastro”, y más tarde a través de su “Catalozine”, su catálogo de venta por correo) y por un fanzine llamado Spain Is Different que sacó junto a otro emblema de lo extremo en este país, Antonio Pardo (redactor jefe de la revista Thrash Metal, antiguo miembro de Avulsed y Fermento, y dueño del sello Qabalah Productions), y un amigo de ambos llamado Daniel Wenderoth, alias “Dani el alemán” (fundador del sello Revenge Productions). Gracias a ese fanzine, del cual sólo llegaron a sacar un número, conocimos a una barbaridad de bandas y lanzamientos, sobre todo a nivel demos y 7” EPs. En cuanto a conciertos, en Madrid hubo muy pocos durante los primeros 2-3 años desde el “boom death metalero”, limitándose a los que dábamos las bandas locales que sólo teníamos demos (a veces ni eso) en locales auto-gestionados (lo que aquí llamamos “okupas”), como Minuesa y el Ateneo Libertario de Villaverde Alto. La verdad es que esas veladas con bandas locales gozaban de una asistencia más que aceptable. Pero si hubo dos conciertos míticos a nivel general, fuera de Madrid, durante aquellos primeros años, esos fueron sin duda el de Napalm Death en un pueblecito de la provincia de Burgos llamado Melgar de Fernamental, y el de Pungent Stench + Master + Abomination en Bilbao, ambos en 1990. Exceptuando ese par de conciertos y una incursión de Suffocation en tierras catalanas (Gerona, creo recordar), las bandas internacionales no empezaron a tocar por aquí, y con cuentagotas, hasta 1992. Ten en cuenta que hablamos de un país, España, en el que en la década de los 80s, en pleno apogeo del Thrash Metal a nivel mundial, apenas tuvimos unos pocos conciertos de bandas thrash. Por ejemplo, en Madrid sólo hubo tres conciertos de Thrash Metal en los 80s: Metallica + Metal Church en 1987, el Monsters of Rock de 1988 (con Metallica y Anthrax) y Kreator en 1989. Si eso fue todo en lo relativo a Thrash Metal, imagina la situación con el Death Metal, que era un sub-género aún más minoritario".

"Bandas hubo muchas y de buen nivel: Suffocation/Intoxication, Obscure, Unbounded Terror, Feretrum, Mortal Mutilation, Aposento, Dismal, Rotten Flesh, Maelstrom, Avulsed, Fossor, Unnatural, Lugubrious, Human Waste, Necrophiliac, Fermento, Haemorrhage, Canker, Antropomorfia, Infestus, Phthisis, Spontaneous Combustion, Uncreation, Absorbed, Neuntoter, Repugnance, Sacrophobia y un largo etcétera. En cuanto a bandas más oscuras, que apenas grabaron una demo, o ni siquiera eso, aquí en Madrid yo destacaría a Dolor de Polla (formada por gente que más adelante estaría en bandas como Denak y Proclamation, que hacían una especie de mezcla de Grindcore, Death Metal y Black Metal muy ruidosa, y que no me consta que llegasen nunca a grabar nada), a In Torment (que sí grabaron una demo que además fue de lo primerísimo que se hizo acá en cuanto a Doom extremo) y a Escroto (que contaba entre sus filas con gente de Dolor de Polla y de In Torment, que hacían algo que podría encasillarse dentro del Grindcore/Death Metal y que apenas sacaron una demo/promo grabada en el local de ensayo). Yo aún conservo mi copia de esa cassette y me hubiese gustado decir que también de la de In Torment, pero esta última se extravió en alguna mudanza, o quizá la presté a alguien que no la devolvió. De todos modos sé de varias personas que, en principio, deberían conservar material raro de época, tanto aquí en Madrid, como en el resto del país".

"Yo personalmente muy poco. Tuve contacto por carta con unos pocos europeos con los cuales intercambiaba información de nuestras respectivas escenas locales y alguna que otra cassette, pero eso fue todo. El tape trading mayormente lo hacía con amigos, ya que hacerlo con gente de fuera implicaba un gasto que yo no podía asumir, especialmente en lo relativo a pedir el material directamente a las bandas o a los sellos: cambiar las pesetas en dólares o marcos, comprar IRC’s (International Reply Coupon) que además sólo se podían adquirir en la central de Correos de Madrid capital, lo cual suponía aún más gasto en transporte, etc. Lo normal era aprovecharme de lo que compraban amigos con mayor capacidad de gasto. Además tuve varias experiencias negativas que, junto a la precariedad económica, provocaron que me olvidase del tema trading/penpal. Por ejemplo, tuve un penpal inglés al que conocí gracias a la sección de contactos de la revista inglesa Thrash ‘n Burn con el que, después de intercambiar un par de misivas, acordé intercambiar un par de cassettes con material de bandas locales. Yo le envié lo acordado, pero él nunca llegó a enviarme su parte del trade. Otra de esas cosas negativas que me sucedieron fue escribir a Immolation porque me había encantado su demo, para que me informasen sobre la posibilidad de conseguir merchandising de la banda, y recibir una hoja promocional mecanografiada, encabezada por el logo de R/C Records, en la que lo único personalizado era la firma de Ross Dolan. O enviar a Morbid Angel, a través de la dirección del club de fans que aparecía en el insert del LP “Blessed Are the Sick”, una entrevista para una serie de fanzines monográficos que planeaba hacer, y que nunca me respondiese nadie, lo cual me enfadó muchísimo porque además tuve que enviar un par de IRCs para, supuestamente, asegurar respuesta. En resumidas cuentas, que fuera de mi círculo de amistades locales, interactué con poca gente".

"En aquella época pre-internet, sólo había dos formas de acceder a información y de conocer a bandas/material: el boca a boca y las revistas y fanzines. Aquí en España tuvimos dos revistas que fueron fundamentales para muchos de nosotros: Thrash Metal y Metali-K.O. Este último empezó siendo un fanzine hasta que se transformó en revista en 1988 y todo seguidor del extremo en España que tenga en torno a los cincuenta años de edad te hablará maravillas de esa publicación porque, insisto, le debemos mucho. Tanto por el primer par de años pre-boom death metalero, durante los cuales descubrimos en esas páginas a muchas bandas de Thrash Metal, Crossover y Hardcore, como por los siguientes años, gracias a la sección de Death Metal llamada “Death Metal… The Only Way”, que llevaba Dave Rotten, y posteriormente a la sección de Black Metal llamada “De Vermis Mysteriis” de la que se encargaba Sergio Lebrón, quien posteriormente fundaría el sello Blackseed Productions. En cuanto a fanzines propiamente dichos, aquel “Spain Is Different” que mencioné en una pregunta anterior supuso otra gran fuente de conocimiento y fue una lástima que no fuese más allá del número inicial. Evidentemente hubo más fanzines por aquí, pero yo empecé a desligarme de la escena a finales de 1992 y no llegué a conocer ninguno de ellos. Lo que sí conocí, y de hecho tuve algunos números, fueron publicaciones extranjeras, como el SOD magazine estadounidense, el Morbid zine sueco, el Isten zine finlandés y el Slayer Mag noruego. Lo que no recuerdo es cómo los conseguí. Probablemente a través de Dave Rotten".

"Como apunté en la pregunta anterior, empecé a apartarme de la escena a finales de 1992, y la abandoné del todo en 1994. No fue hasta 1999 que volví a interesarme por el Metal extremo, gracias a recuperar el gusto por el Grindcore y el Crust. Poco después empecé a escuchar bandas del llamado Brutal Death (Brodequin, Devourment, Deeds of Flesh, Pyaemia…), que era la tendencia imperante en esos principios de los 00s, pero el interés apenas me duró unos meses y acabé totalmente aburrido. No fue hasta un par de años después que descubrí a bandas que me recordaban a aquel Death Metal podrido que me enamoró más de una década atrás, y me centré en ellas. Me refiero a bandas underground como Funebrarum, Repugnant, Murder Squad, Pentacle, Eviscium, Slugathor, Mausoleum, Runemagick, Avulsion, Funerus, etc. Volviendo a aquellos finales de 1992, uno de los varios y muy diversos motivos por los que empecé a perder el interés, fue que muchas de las bandas que había seguido hasta entonces, estaban experimentando con otros sonidos que no me gustaban, o sencillamente se habían acomodado en algo que ya apenas rezumaba ese hedor a muerte que era con el que yo había crecido, y se dejaban seducir por los cantos de sirena de grandes discográficas que les convertían en un item más del cual sacar cuanto más beneficio, mejor. Además, las nuevas tendencias que empezaban a despuntar (el Death Metal melódico, el Death/Black Metal, el Brutal Death…) no eran de mi agrado. Lo último que escuché antes de abandonar del todo la escena, fue el Doom/Death melódico de bandas como Celestial Season, The Gathering, Visceral Evisceration o Dead End. Cuando esas bandas desaparecieron, o también cambiaron el rumbo estilístico, fue cuando perdí el interés por completo y me dediqué a seguir investigando por otros géneros y sub-géneros no metaleros.

"¿Hacia dónde va el Death Metal? En lo que a mí respecta, que no vaya a ningún lado. Es decir, que se siga perpetuando ese Death Metal de corte clásico y putrefacto, que es el que me gusta. Soy muy reaccionario a este respecto y no necesito ningún tipo de innovación. Como solemos decir por aquí, soy de “sota, caballo y rey”. O, como dicen los angloparlantes, lo mío es el Death Metal “meat and potatoes”. De todos modos, definir Death Metal me resulta muy complicado. Yo sé, intuitivamente, qué es Death Metal para mí, pero no sabría condensarlo en una definición categórica. Quiero decir, una voz gutural no es suficiente, tampoco hay un tempo determinado, ni una temática lírica específica… Sin embargo, lo reconozco instantáneamente cuando lo escucho y mi mente sabe diferenciarlo de otros sonidos que puedan ser muy similares, pero que no terminan de ser Death Metal. Me ha quedado un poco ambiguo, pero creo que no sé explicarme mejor. En todo caso, que cada cual piense como quiera y que busque expandir horizontes, si así lo necesitase. No tengo problemas con eso".

"Mis experiencias personales con la escena española no han sido muy positivas en general, así que no sé hasta qué punto podría darte una opinión objetiva. Tiendo a pensar que aquí no hay suficiente apoyo y suficiente interés por el Death Metal. Lo hubo en aquellos principios/mediados de los 90s, pero quizá fuese a causa de la novedad, y con el tiempo fue todo perdiendo fuerza. O quizá es todo producto de un sesgo equivocado por mi parte. No lo sé. Lo que sí es cierto es que, de un tiempo a esta parte, digamos en los últimos 15 años, surgieron bandas de calidad repartidas por todo el país, tal y como sucedió en los viejos tiempos. Pero tengo la sensación de que, a la postre, eso no es un reflejo de la situación real. No hay festivales de Metal extremo, sigue habiendo muchísimas giras que no pasan por aquí, no hay nuevos sellos, no hay nuevos distribuidores, apenas hay fanzines o webzines… Mi impresión es que somos apenas unos cientos de locos repartidos por todo el territorio nacional. Me viene a la cabeza el concepto “relevo generacional”. No veo que lo haya, no ya a nivel de simples fans, sino de gente proactiva que emprenda iniciativas dentro de la escena. Quizá este pueda ser un tema de debate interesante, porque creo que es un fenómeno a nivel global".

"Sé que hay gente, no sé si mucha o poca, que siempre anda quejándose por la falta de originalidad de las bandas, o diciendo que hay demasiadas bandas genéricas haciendo algo que ya se hizo, y mejor, hace décadas. Me parece bien. Cualquier opinión es válida, si se tiene en cuenta que se trata sólo de eso: una opinión, y por tanto algo subjetivo no necesariamente válido para los demás. Ya comenté algo a este respecto en una pregunta anterior. Yo no siento la menor necesidad de que el Death Metal intente explorar nuevas fronteras: soy feliz con el tipo de Death Metal que me encandiló hace años, y por tanto el concepto “originalidad” no tiene cabida en mi forma de entender y apreciar el sub-género. Lo único que me parece importante es que el Death Metal siga existiendo, independientemente de que haya mucha o poca gente a la que le interese. Todo lo demás me parece onanismo intelectual".

"No ha cambiado en exceso (la percepción o sentimiento hacia el Metal), más allá de que hace más de 35 años que dejó de interesarme la vena más clásica/tradicional del Heavy Metal. Sencillamente se me quedó atrás. Lógicamente sigo disfrutando, aunque sea con escasa frecuencia, de algunos de los discos de esa tendencia que me gustaron en su día. Pero soy incapaz de disfrutar de algo que no hubiese conocido ya entonces. Es decir, si hoy en día me das a escuchar un disco de, por ejemplo Savatage, que no hubiese escuchado ya entonces, no habrá nada que me motive a seguir escuchándolo. No se me ocurren muchas más diferencias en cuanto a mi forma de ver o entender el Metal entonces y ahora. Nunca lo sentí como una forma de vida, como dicen otros, o como les sucede a otros. Para mí es, sencillamente, un estilo musical más. Sí, con sus peculiaridades, pero como también las tienen tantos otros estilos musicales. Nunca fui un militante devoto, de esos que sólo escuchan Metal y sólo piensan en clave Metal. Soy un melómano que necesita de muchos y muy diversos estilos musicales porque soy una persona compleja que necesitar cubrir muchos espacios emocionales. De hecho, no entiendo cómo alguien puede vivir sólo a base de Metal. O sólo ver películas de terror. O sólo leer novela histórica. Siempre hago la misma analogía: me encanta el arroz. Preparado y cocinado de formas distintas. Pero también me encantan muchos otros alimentos. Puedo sentir preferencia por el arroz, pero evidentemente como muchísimas otras cosas. Aún así, me parece perfecto quien se limite a escuchar sólo Metal, siempre y cuando no me tilde a mí de “poser”, o cualquier otra gilipollez pueril, por no hacer como él. Para mí es infinitamente más relevante cómo hacemos las cosas y por qué las hacemos, que el ser un fanático de algo. Prefiero, por ejemplo, a un sello que edite Indie Rock y opere con una filosofía anti-comercial dentro de lo que conocemos como “industria musical”, que a un sello especializado en Death Metal que trate sus lanzamientos como simples artículos para ganar con ellos cuanto más dinero mejor".

"... Cada cual es muy libre de actuar como le parezca conveniente. Si una banda elige mutar en algo más comercial y asequible, o fichar por un sello grande porque les hayan seducido con sus cantos de sirena (tal y como ocurrió a principios/mediados de los 90s, y tal y como ya comenté varias preguntas atrás), que lo haga y que les siga quien esté interesado. Si yo no lo estoy, simplemente me olvido de esa banda y paso a enfocarme en otras que sí me interesan. Esto es algo que ya me sucedió con una serie de bandas death metaleras, como comenté en una de las primeras preguntas, explicando alguna de las razones que motivaron el que me apartase de la escena durante un tiempo. De todos modos, y hablando en general, en el mundillo metalero, y muy especialmente en el del Metal extremo, hay demasiada inclinación a criticar lo que otros hacen desde una especie de trinchera moral, dictando qué es y qué no es aceptable. Me resulta infantil, proselitista y, a menudo, incoherente. Por ejemplo, se critica el bandazo estilístico de tal o cual banda underground, tildándoles de “vendidos” o de “posers”, pero a la vez se acepta de buen grado que las bandas consideradas grandes dentro del Metal amasen enormes fortunas y se paga un pequeño dineral por uno de sus conciertos, sin siquiera pestañear. No me interesan nada todos estos dimes y diretes, todas estas chorradas".

"Nunca le he temido a la muerte. Y, sinceramente, no entiendo por qué se le tiene tanto miedo, tratándose de algo inevitable, implícito a la propia existencia. Durante una época de mi vida, busqué intencionadamente sentirla cerca, posiblemente como acicate para sentirme vivo, o más vivo. Pero entiendo a aquellos que intentan justo lo contrario: retrasarla, alejarla de ellos lo máximo posible. Supongo que, simplemente, es fruto del instinto de supervivencia más primario del ser humano. Y desde un punto de vista transcendental, honestamente, me trae sin el menor cuidado si hay algo más allá, o no. Leí hace tiempo, que lo opuesto al creyente, no es el ateo, sino el cínico al que le da igual si existe Dios o no. Yo soy ese cínico al que no le importan lo más mínimo todas esas grandes y arquetípicas preguntas existenciales. ¿La mejor forma de morir? Voy a ser muy prosaico en mi respuesta: una cualquiera en la que el sufrimiento sea el menor posible, pero tenga tiempo suficiente como para dejar todos mis asuntos materiales bien zanjados".

jueves, 12 de diciembre de 2024

BLACK CURSE (US) - Burning In Celestial Poison - Review


BLACK CURSE drowns deeper into the depths of extreme metal than ever before. This album is like monumental chaos and malevolence, something between black, death, and doom, which creates a sound that releases not only music, but an entire dark ritual.

Since the beginning, this release sets the noise with intensity, unleashing a blackened storm filled with atmospheric perdition and total despair. The album shows density, as music summoned from black magic. All the riffs are like death yells storming with infernal power.

Some of the great aspects are the skills to manage bestial song structures and tempos turning everything in evil malignancy; balancing crushing rhythms with slower parts, letting the brutality to breathe, giving space for sinister petrification.

This album sets its identity as a force of blackened death, but with a strong sensation of doom, perdition and damnation. Songs are deadly long (maybe you will die while listening to this), something a bit rare in my opinion but listened also in other contemporary extreme metal (Nechros Christos?). All in all, let's say these lengths don’t feel repetitive at all if you worship the king of riffs, structures and tempos.

Nearer from death, this release is a work that pushes the limits, putting you into some uncommon stuff, embracing listeners into a whirlwind of noise, fury, and darkness. For fans of the most extreme and underground metal it’s is going to be a bestial voyage.

Link: www.facebook.com/sepulchralvoicerecords

By JCMORBID

Valentina Rysrt (CHILE)

1. ¿Cómo empezaste a dibujar/tatuar? 
Dibujo desde niña. Recuerdo que comencé calcando todas las imágenes que atrapaban mi atención: las enciclopedias (en especial las imágenes de antiguas civilizaciones), atlas, revistas, libros y diarios que había en casa. También calcaba, a escondidas, las carátulas de los discos de mi hermano mayor. En esos años, recuerdo algunos discos de Guns N' Roses, U2, Sepultura, entre otros. Además, mi motivación era hacer bromas distorsionando los rostros de las personas que salían en los diarios y alguna que otra imagen de algún santo que tenía mi abuela. Recuerdo que lo disfrutaba mucho. Continué dibujando a lo largo de mi vida. Al salir del colegio, empecé a hacer ilustraciones con los materiales que tenía a la mano, como tiralíneas, lápices grafito, carbones y cartón. Me gustaba reproducir fotos antiguas, especialmente las de Julia Margaret Cameron. En 2015, conocí a alguien que tatuaba en su casa, y eso captó mi atención. Aprendí apenas algo de lo básico. En términos generales, el aprendizaje fue principalmente de ensayo y error. Quizás por mi edad y timidez, solo me limité a aprender observando cuando comencé a tatuarme con artistas que admiraba. 
Empecé oficialmente a tatuar en mi habitación. Experimenté conmigo misma y luego tatué a algunos amigos y conocidos, especialmente personas relacionadas con la música que seguían mis ilustraciones en redes sociales. Siempre les estaré agradecida. Hoy tengo la fortuna de vivir del arte, y ellos fueron una gran motivación para seguir adelante, ya que siempre volvieron a tatuarse. 

2. ¿Cuáles son tus principales inspiraciones al momento de producir tu arte?
Principalmente son la naturaleza y el arte que me rodea. Tengo un especial sentir con la Patagonia: el clima, su vegetación, las formas primitivas, enredadas, oscuras y húmedas. Aquellos paisajes y colores infinitos, gélidos e imponentes.  
También encuentro inspiración en la arqueología, libros, filosofía, ocultismo, cine y arquitectura, particularmente en construcciones y ruinas anteriores a los años 40, que se pueden observar mucho caminando por el casco histórico de Santiago, en especial, aquellas construcciones que puedes encontrar en el cementerio general y católico. También me inspiran e interesan los cementerios a lo largo de Chile. La estética de lo antiguo, del paso del tiempo, lo abandonado, las ruinas y la historia que conllevan.

3. ¿Algún sentimiento, experiencia u otros que pretendes plasmar? ¿Cuáles? ¿Por qué?
Busco transmitir un mensaje visual que conecte lo interno con lo externo. Intento crear arte con varios simbolismos, especialmente aquellos ligados al esoterismo. Cada obra es una interacción entre mis estudios, mi percepción y mi mundo interno.

4. ¿Qué técnicas utilizas para dibujar o tatuar?
Para dibujar, utilizo lápices tipo grafito, carbón y pastel. Asimismo, pinto con acrílicos y, en ocasiones, me perfecciono en técnicas de pintura al óleo. En forma digital, realizo trabajos en un iPad mediante la aplicación Procreate, procediendo a diseñar mis ideas para luego plasmarlas en tatuajes y en diversos formatos físicos. En tatuajes, utilizo principalmente máquinas rotativas, donde procedo a diseñar el trabajo en formato digital, para adaptar los conceptos y diseños finales en la piel.

5. ¿Has trabajado con bandas de metal? ¿Con qué bandas, sellos, etc.? 
Sí, he colaborado con varias bandas chilenas. Comencé con Xalpen, Concatenatus, y Gorjeo Seglar, posteriormente con Mourning Sun, diseñando la portada del EP Latitud 56°S y una t-shirt. Desde entonces, he trabajado constantemente con ellos, ya que compartimos una visión respecto al sur del mundo, tanto filosófica como estética. Durante el año 2023, y en conjunto con Ana Carolina, diseñamos por completo el álbum Bahía Desolación y creamos todas las visuales para la banda. También he trabajado con Nous Temps en el álbum  De las estrellas a la aurora y actualmente con Kreen, aportando ilustraciones y diseños para sus discos.

6. ¿Cuáles consideras que han sido tus mejores trabajos y por qué?
Mis favoritos son La Aparición (2017), Venus Fatua (2017), Atavistic Fears of Pythoness (2018) y la portada de Bahía Desolación para Mourning Sun. Estas obras representan procesos personales y espirituales muy intensos, y creo que logran transmitir directamente lo que quiero expresar. Además, son piezas que me han hecho crecer como artista y ser humano.

7. ¿En qué dirías que tu arte se diferencia de otros artistas?
Creo que cada artista tiene un mensaje único que busca transmitir, y eso es lo que define su estilo. Y, en ciertos casos, nos permite observar cómo es por dentro. La verdad es que no me comparo con otros artistas; por tanto, esa pregunta se la dejo al observador.

8. ¿Cuáles son los artistas o tatuadores que admiras a nivel global? ¿Quiénes son los mejores a tu criterio?
Admiro a Denis Forkas, Edward Kinsella, Ray Donley, Odilon Redon, HR Giger, Gustav Klimt, Edvard Munch, William Blake, Gustav Moreau, Jean Delville, Sasha Schneider y Friedrich von Schennis. En cuanto a tatuadores, mis favoritos son Katabady, Alixe Cooper, Filouino y Anton Tychkov. Cada uno tiene un sello propio y una creatividad que me inspira a seguir explorando y superando mis propios límites en la piel.

9. En tu país, ¿qué tatuadores, dibujantes, etc., destacan?
El trabajo de Bastian Blau es brutal, vanguardista y original. También admiro mucho la autenticidad de Astrit Cahoon al expresar su mundo interior.

10. ¿Cuál es el pacto para trabajar contigo? (plata, material, etc.)
Para comisiones artísticas, solicito un abono previo, generalmente del 50% del valor total, para comenzar a trabajar. Dentro del tatuaje, este abono asegura la cita y la creación del diseño. En ambos casos, cuando el trabajo esté terminado, se paga la diferencia del valor total.  
Me gusta involucrarme mucho en los proyectos que elijo. Para un proceso creativo más fluido, pido a mis clientes toda la información posible que me puedan dar (escritos, bosquejos, fotos, libros, referencias, etc.) para llegar a resultados elocuentes con el mensaje que se busca transmitir. También, por otro lado, disfruto mucho cuando me dan libertad creativa. Creo que las ideas me surgen más rápido. Considero que todas las personas tienen diferentes formas y perspectivas, a las cuales puedo adaptarme siempre y cuando haya respeto por mi criterio artístico y una buena comunicación.

11. Últimas palabras, links y contactos  
Estoy muy agradecida por el espacio, y por la posibilidad de dar a conocer mi trabajo a través de ustedes. 
Además, me encuentro disponible para colaborar en proyectos creativos de distintas índoles. En el pasado, he trabajado ilustrando para libros (El libro de la Luna Bruja, de la editora peruana Manus Sinistra) y diseñando merchandising para joyería de autor (El Caldero de Plata).  
Pueden seguir mi trabajo en redes sociales y contactarme para tatuajes o comisiones artísticas:  
https://www.instagram.com/ignisprofunda 


Extras:
12. ¿Cuál ha sido tu participación en Heretic: The Metalhead Book of Magic? Cuéntame sobre ese libro y sus nexos con el metal extremo.
Descubrí el libro a través de Instagram, cuando hicieron un post llamando a artistas que hacen arte inspirado en el ocultismo. Les escribí, y tuve la fortuna de que mi trabajo fuera seleccionado para ser parte del libro, lo cual me tiene muy contenta, ya que es la primera incursión de mi arte fuera de Sudamérica. Según lo que he visto tanto en el perfil de Instagram como en la página web de Heavy Music Artworks, su labor se enfoca en fomentar, visibilizar y profundizar en la comprensión de la cultura alternativa, brindando apoyo a artistas, sellos discográficos, bandas, editoriales y músicos.

13. En tu caso, ¿cuál dirías que es tu nexo con el ocultismo y el arte oscuro? ¿Cómo se dio esa iniciación?
El ocultismo se ha transformado prácticamente en un estilo de vida para mí. Muchas de las imágenes que calcaba de niña en enciclopedias y libros estaban relacionadas y representaban ciertos simbolismos que finalmente contenían y conectaban con un conocimiento espiritual. Con los años, comencé a hacerme preguntas. Todo esto me hizo cuestionar ciertas formas y estructuras impuestas por la sociedad en general: los valores religiosos, las costumbres, los comportamientos… y las conclusiones de éstas nunca parecieron suficientes para satisfacer aquella curiosidad. Entonces busqué respuestas. Costó varios años y experiencias tanto colectivas como individuales, pero luego de mucho tiempo creo haberlas encontrado en el ejercicio de la práctica activa, dentro del desarrollo artístico y en el estudio de ciertos textos de la índole, ya que jamás dejas de aprender, por tanto, las preguntas jamás dejan de surgir.